miércoles, 2 de noviembre de 2011

Breaker Zero. Capitulo 0

Capitulo 0. Prólogo.


Han pasado 110 años desde la Guerra Nuclear.

Zheón: una de las ciudades más importantes del continente, e incluso el mundo según muchos, debido a su estabilidad, expansión, y diversidad cultural entre otras cosas. Los Breakers que viven en aquí son reconocidos tanto por sus habilidades como por las riñas que suelen tener, entre otros rumores.

El mercado oeste se llenaba como de costumbre, los comerciantes ofrecían sus productos con ahínco mientras muchos compradores estudiaban los precios y la calidad de los diferentes artículos que les eran ofrecidos. Entre los ciudadanos un grupo de cuatro personas protegidas con unas capas rojas recorrían los diferentes puestos.

Oi… ¿qué hacemos aquí? —murmuro el de estatura más baja.

—Buscamos algo, así que disimula o aquí mismo nos decapitan —esta vez la voz de una chica se hizo notar.

—¡Bingo!

El personaje que los encaminaba corrió hasta un puesto lleno de aparatos mecánicos y electrónicos, no tuvieron más que seguirle a paso perezoso para no levantar sospechas, de pronto una niña pasó a su lado y tropezó. Uno de los encapuchados la sostuvo antes de que cayera al suelo mientras ella se sujetaba de su capa hasta hacerla abrir. Los dos restantes se quedaron petrificados cuando el escudo bordado en el pecho de la camisa de su compañero se hizo notar: un ave preparándose para el vuelo, con alas arqueadas apuntando arriba y ramas de olivo enmarcándola para formar un círculo.

La pequeña no apartó la vista del emblema, incluso un extraño resplandor apareció en sus ojos.

Breaker, ¿eres un Breaker? ¡Fantástico!

—Si, es un trabajo interesante, ahora ve con tu madre —susurró al ver a una mujer haciéndole señas a la infante— suerte.

—Hasta luego, señor Breaker.

—¿Qué fue eso? —inquirió el de menor estatura.

—La capa cubrió las letras “Distrito Norte.”

Una carcajada por parte de sus camaradas lo hizo suspirar. Finalmente se acercaron al puesto en el que el último miembro del grupo terminaba de pagar, en cuanto distinguió a sus compañeros les mostró un objeto cilíndrico con algunas ranuras y espejos internos: justo lo que buscaban.

—Con esto Zack dejara de molestar.

—Debe hacerlo Dominic, nos debe mucho, arriesgamos nuestro cuello tres veces esta semana por conseguirle esa pieza —la chica cruzó los brazos, indignada.

—¿Por esa cosa, Sao?

—Como de costumbre, no prestas atención Raymondgruñó ella, empujando la cabeza del chico hacia abajo—, tenemos suerte de que esa niña no haya delatado a Roland.

—Oye…

Dominic indicó que se marcharan, ya era hora de volver antes de que cualquier otro incidente ocurriera. El trayecto era tranquilo, en cada esquina aguardaban la aparición de algún Breaker de esa zona, sin embargo no sucedió nada. Sus pasos resonaban en la calle vacía, graffiti adornaba las paredes y a pesar de ello las calles se veían tan limpias como las de niveles superiores de Zheón.

Un trozo de tela ondulo hasta posarse en una de las botas que llevaba Dominic, parecía un pañuelo de seda roja y “distrito oeste” bordado en hilo dorado. Raymond señaló un puente, unas tres veces, haciendo un puchero al no ser atendido en el acto; sentados cómodamente se encontraban cuatro personas, usando la misma ropa que ellos excepto que su escudo mencionaba al oeste en vez del norte.

—Descubiertos —canturreó la melosa voz de una niña, Raymond evadió la mirada burlona.

—Le cobrare el favor a Zack, sin duda —Sao se quitó la capucha, dejando al descubierto sus largos mechones castaños y mirada verdosa.

Roland suspiró imitando a su compañera, mostrando su oscuro cabello y ojos de un tono vino.

Ray siguió, era el más pequeño de sus cuatro compañeros en cuanto a estatura, a pesar de tener unos catorce años; la de esmeraldas no pudo evitar revolver los cabellos azulados del menor, simplemente era tan lindo que no se resistía, solo obtuvo una feroz mirada de aquellos ojos violetas. Dominic llevó una mano a la cara ante aquel acto, cubriendo uno de sus orbes grises; la melena blanca era lo que caracterizaba al mayor de aquel cuarteto.

—Nos veremos en casa —anunció el moreno y, como bandera de salida, todos saltaron hacia diferentes direcciones— que cansado…

—¿Por qué no te vas igual? De cualquier modo los alcanzaremos —discutió una voz grave ante aquella queja.

—Es que hoy es mi turno, debo quedarme atrás y detenerlos mientras los demás se van seguros —apuntó al cielo— pero no quiero hacerlo así que con esto bastara.

***

—¡Zaneck, nos debes una grande! ¡Casi nos matan por tu estúpida pieza!

—No es mi culpa que sean tan tontos —respondió sin mucho ahincó una chica, su voz más aguda y suave que la de Sao, obviando que era mucho menor a la otra fémina.

Sao apretó los dientes, sus cejas estaban prácticamente juntas cuando decidió dar una patada a los restos de una silla de metal. La chatarra voló un par de metros antes de asestarse contra una pared y hacer un sonido bastante fuerte en la vacía sala. Se encontraban en una escuela abandonada en los límites de la ciudad, debido a que el gobierno de Zheón no poseía demasiados recursos como para construir una base adecuada ellos debían arreglárselas.

Al principio la ciudad tenía solo tres zonas: este, oeste y sur, pero debido a que las zonas de las dos primeras eran demasiado grandes se opto por crear la cuarta: norte. No obstante debido a los pocos breakers disponibles decidieron mandar solo a un grupo de seis personas para custodiar el lugar. Dependiendo de su desempeño iría llegando más personal y, obviamente, mejor ayuda económica que para ese momento apenas y disponían lo esencial para hacer ellos mismos la manufactura y comer adecuadamente.

De momento aquella escuela abandonada tenía una buena ubicación, podían distinguir el límite de la barrera y gran parte de los barrios bajos de los alrededores. Aunque primero tuvieron que echar de allí a una banda de matones, por lo menos no estaba tan sucio. Las paredes despintadas y mohidas podían solucionarse, igual el sacar la basura que quedaba en gran parte de las aulas e ir adaptando todo para volver aquello un lugar decente. Tardarían un poco, pero valdría la pena, o eso esperaban.

—Por cierto, ¿Roland? —Zack preguntó, echando hacia atrás un mechón de su cabello color paja.

—Le ha tocado ser la distracción —Raymond sonrió ampliamente, lanzándose al único mueble que no tenia resortes fuera, Sao lo miró disgustada, era tan fácil ser un niño— no ha de tardar en llegar.

Zaneck suspiró volviendo a sus asuntos: intentar terminar de armar el sistema de seguridad de la base. Dominic se ofreció a ayudarle, cosa que la rubia no dudo en aceptar mientras lo trataba como enfermera que asistía a un doctor en una operación de riesgo.

martes, 25 de octubre de 2011

¿Me Extrañarías?



Advertencia: Shonen-ai [Insinuaciones entre chicos/hombres]+


¿Me Extrañarías?


Faltaba poco para primavera así que los escasos rastros de nieve en el exterior poco a poco se desvanecían en grandes charcos de agua. Pero el frío continuaba golpeteando a cualquiera que se dignara a salir, especialmente con ayuda del travieso viento que esos días había decidido correr con peculiar frecuencia.

Rowan respiró hondo antes de soltar una bocanada de aire antes de continuar acumulando los semi solidas esferas de nieve en el suelo para intentar darle la forma que deseaba. Koh no paraba de saltar de aquí a allá mientras también ayudaba a terminar las figurillas ligeramente deformes a causa de la temperatura. Drew sonrió tras ver acabado el esfuerzo de los tres. Frente a ellos se alzaban cuatro muñecos de nieve con piedrecillas en las bases nombrándoles de igual manera que ellos mismos.

El de Andrew llevaba un lazo en el “cabello”, de Rowan se había puesto una pluma y un hilo a modo de collar, Koh era el más pequeño, Chain una que tenía unos guantes a modo de manos, Bylen poseía unas alas hechas con hojas. Sin embargo las figurillas poco a poco se venían abajo.

—Y aquí estaban, jugueteando con la nieve —la voz de la contratista del pequeño demonio se hizo notar, a su lado Bylen caminaba sin mucho ánimo de seguir a alguien con el que no tenía un contrato—, ya hemos terminado la junta y veo que pasaron muy bien el tiempo.

El trió les miró con cierto reproche, más notorio el rubio menor y la Apóstol que en el joven Kesler a pesar de tener los ojos más brillantes del resto debido al enfado. Y no era de menos, le habían obligado a permanecer fuera de una junta importante, supuestamente por no tener la edad adecuada y como el tema era de interés para Bylen él le pidió que fuera, que haber nacido en la fecha en el que lo hizo no fuera excusa para que el castaño demonio tuviera que ser frenado por él.

—¡¿Se supone que esa cosa soy yo?! —Kesler escuchó a la exorcista quejarse.

—Pescaras un resfriado —la seductora voz de Bylen sobre su oído lo hizo sonrojarse mientras daba un respingo. El demonio había colocado sus manos alrededor de las frías del rubio. El contratado de ese pacto estrechó los ojos, por su culpa su querido contratista había tenido que esperar fuera, aunque no era necesario que estuvieran en el patio— lo mejor será que entres.

Rowan asintió, inusualmente obediente antes demirar nuevamente como los muñecos de nieve se deshacían. Dio un trago amargo antes de seguir a Andrew y el resto que comenzaba a abrirse paso hasta la sala principal donde una gran y caliente chimenea les esperaba.

***

Una nueva mañana había llegado, Rowan observaba el agua en el suelo junto con los objetos que usaron y las piedrillas aún con los nombres. Su mirada se había apagado un segundo, recordando nuevamente la pesadilla que casi diariamente le aquejaba, por alguna razón también pensó en Chinatsu y Bylen mientras se inclinaba al suelo. Solitarias lagrimas empezaban a fluir y no entendía el porqué de pronto se sentía tan triste.

—¿Me extrañarían? —susurró apenas perceptible.

Un abrigo y un par de firmes brazos lo rodearon, los ojos rubíes giraron ligeramente para observar la sonrisa del demonio llamado Bylen que con delicadeza limpió aquellas lágrimas.

—¿Qué sucede?

—Bylen… ¿me… extrañarías? —bajó la mirada, simplemente aferrándose más— si yo… desapareciera de pronto… como esta nieve…

El demonio amplió su sonrisa, mientras acomodaba su cabeza entre el cuello y el hombro del chico rubio.

—No… —casi se le escapó una risilla al sentir como Kesler se contraía— porque yo no dejaré que nada como eso suceda, no permitiré que nadie te mantenga solo —dijo firme, sujetando con más fuerza a su contratista— yo siempre estaré contigo Rowan…



lunes, 24 de octubre de 2011

Introducción Breaker

Breaker


Las constantes batallas por el poder llevaron a la humanidad a una época de decadencia, misma que duro años trayendo consecuencias a la naturaleza por el uso de algunos armamentos nucleares. Actualmente, aunque no se ha recuperado del todo, se ha logrado llegar a una economía estable y al avance de la tecnología para bien común y restauración ecológica, sin embargo aún existen aquellos aparatos con propósitos negativos.

Ahora, las personas se aglomeran en grandes ciudades, protegidas con un campo de energía contra los peligros que pudieran presentarse con el medio. En su parte central se encuentran la población más rica y con mejor estilo de vida, a sus alrededores las personas de nivel medio y menor mientras que en las afueras se encuentran los supuestos barrios peligrosos debido a su cercanía con los límites y que en ellos se encuentran personas peligrosas por una u otra razón.En esta nueva era existen distintos grupos de personas con habilidades físicas mayores a las de una persona normal, incluso usan diferentes artefactos para aumentar o regular estas habilidades sobrehumanas.

Ellos se encargan de vigilar los alrededores de una determinada zona, de igual modo mantienen rivalidades e incluso infunden temor en los habitantes de los demás distritos de la ciudad.

Son conocidos como Breakers.